lunes, 14 de marzo de 2011

Así lo dice La Mont



El Sol de México
Género: Columna
Publicación: 14 de marzo  de 2011 -05:49
Autor: Federico La Mont

* Calamidad Pacífico
* Protección civil
Una visión apocalíptica: Dejó el sismo de 8.9 grados en la escala Richter en Japón que, aunque no alcanzó las mismas pérdidas humanas que el registrado en 1923, situó a 24 naciones de la cuenca del Pacífico en estado de alerta contra tsunamis.

También México: Nuestro país no escapó a esa alarma, por lo cual como Japón -que cuenta con plantas nucleoeléctricas que carecen de un sistema eficiente de enfriamiento- debe aprender de esa experiencia para evitar otra tragedia con la operación de su planta en Laguna Verde.

8.9 grados: Los sismos más devastadores que sacudieron al planeta desde los últimos 50 años se ubican en el Pacífico, y para muestra el del 22 de mayo de 1960 en Valdivia, Chile, que superó los 9.5 grados con un saldo de cinco mil muertos, al que siguió el del 26 de diciembre del 2004 en la isla Indonesia, Sumatra, que también incidió en 12 países de Asia y África con un total de 229 mil 866 muertos.

S.O.S.: Pese que los tsunamis son una amenaza potencial para el país, éste no cuenta con un sistema fidedigno, como sí sucede en otras naciones de la cuenca del Pacífico a cuya población se le puede notificar con algunas horas para su protección. A diferencia en México, no se dispondría de diez horas de tolerancia para librar el ingreso del mar adentro, lo cual sucedería en menos de media hora.

Diagnóstico: Las investigaciones realizadas por uno de los expertos del Centro de Investigación Científica de la Comisión Internacional de Tsunamis, Modesto Ortiz Figueroa, apuntan que desde 1998 se entregó una iniciativa para la creación de un sistema contra esa perturbación sin resultados favorables.

Contenido: Incluyó operativos para la función de un sistema enlazado con el Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico, pues en la República existen diversas zonas de riesgo como Mazatlán, Puerto Vallarta, Acapulco, Salina Cruz, Puerto Chiapas y Manzanillo, entre otros.

Recomendación: Los presidentes de las comisiones especiales de Protección Civil ante las cámaras de Senadores y Diputados, Fernando Morales Martínez y Francisco García Lizardi, que trabajan en la elaboración de una nueva Ley General de Protección Civil que, además de prevención de desastres ante fenómenos naturales, fijará lineamientos de seguridad ante el tránsito de huracanes y terremotos, coinciden en que México es un país reactivo y no preventivo ante esos eventos.

Presupuesto: ¿Si lo hay? Una partida de los recursos excedentes del petróleo debe etiquetarse a la fragilidad propiciada por los fenómenos climatológicos y sísmicos que, según el Banco Mundial, en los próximos años se manifestarán en la agricultura y las zonas costeras del país.

Irrelevante: Pese al SOS del Banco Mundial, en 2000 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sólo dispuso de tres mil millones de pesos para los daños causados por fenómenos climatológicos, cuando realmente se deben asegurar 300 mil millones.

Vulnerabilidad: La tragedia de Japón recuerda que México es altamente sensible a la ocurrencia de tsunamis o maremotos al contar con alta actividad sísmica propiciada por el eventual choque de las placas tectónicas, pues se asienta y está rodeado de mar en ambos lados de su territorio.

Confusión: Oficialmente se carece del sistema de alerta previamente referido que se responsabiliza tanto de la operación y mantenimiento de los observatorios de tsunamis como de la coordinación de los planes de contingencia en caso de ocurrir un tsunami, cuyas repercusiones serían catastróficas dentro de una gran franja que corre paralela a la costa sur del Pacífico que cubre de Jalisco a Chiapas, desde la línea de costa hasta 90 kilómetros mar adentro.

Condición: De acuerdo con la Comisión Especial de Protección Civil de San Lázaro, nuestro país está dividido entre cinco placas tectónicas, principalmente la norteamericana, donde existe un fenómeno de subducción que explica la periodicidad de los sismos que lo sacuden, por lo cual es de esperarse que ante la acumulación de energía del subsuelo, ésta puede detonar con un gran temblor en la costa de Guerrero como sucedió en 1907 y 1911.

Advertencia: La situación es de alarma, pues durante 75 años la placa de Cocos de la costa del Pacífico se mantuvo inerte a la continental que en el mismo periodo acumuló una gran energía que, al compararse con los movimientos telúricos en Jalisco, Michoacán y Oaxaca, es probable que derive en un gran sismo propiciado por un movimiento telúrico que tendría una magnitud de 8 grados y partiría desde el sureste de Petatlán hasta casi Pinotepa Nacional.

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