miércoles, 9 de marzo de 2011

[Carlos Marín. El asalto a la razón] La condena del calumniador



Para el Sexto Tribunal Colegiado, la reposición de Presunto culpable tiene una razón superior a la particular del pobre diablo que logró fugazmente suspender la exhibición: el derecho de la sociedad a recibir información y conocer el pensamiento ajeno.

En su demanda, el calumniador (acusó de asesinato a un inocente) Víctor Daniel Reyes Bravo adujo que la proyección del documental ha hecho que viva con inseguridad, al ser sujeto de burlas, vejaciones y amenazas de personas que lo reconocen en la calle.

Pero, ¿acaso no debe apechugar las consecuencias de su infame proceder? ¿Debe gozar de impunidad, pese a su criminal comportamiento?

Quienes padecen cárcel y terminan exonerados de toda culpa (como sucedió con la víctima de Presunto culpable, José Antonio Zúñiga, en dos juicios del inexplicable “juez” Héctor Palomares) recuperan su libertad sin siquiera un “disculpe usted”.

Pero ahora, el Congreso y el Poder Judicial tienen la oportunidad de asegurar el derecho de inocentes a que sus acusadores acaben sus días expuestos, ¡cómo chingaos no!, a la vergüenza pública.

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