1. A la pregunta que estará en las boletas el 27 de marzo (“Para la próxima elección de gobernador en el Estado de México, ¿estarías de acuerdo en una alianza entre el PAN y el PRD que proponga un/a candidata/o con un programa de gobierno común?”), una apretada mayoría de 50.4 por ciento respondió que no, contra 43.1 que dijo sí. Si se toman en cuenta a los indecisos y el 3.3 de margen de error, la moneda está en el aire.
2. Apretadísima también es la ventaja de los panistas que sí votarían por la alianza aunque el candidato fuera un perredista: 49.3 por ciento, contra 47.8 que no lo harían. La moneda está en el aire.
3. En cambio, 58 por ciento de los perredistas no votarían por un panista, contra sólo 38 que sí lo harían. Focos amarillos.
4. Finalmente, GCE redactó de otra forma la pregunta y obtuvo una respuesta muy significativa: “¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que el PRD y el PAN postulen a un mismo candidato para la próxima elección de gobernador?” Sí: 30 por ciento; no, 63.6. Focos rojos.
Es sólo una encuesta telefónica que no tiene un filtro para aislar a los simpatizantes del PRI. Pero es un primer indicador. Me quedo, en principio, con la impresión de que no hay un entusiasmo arrollador por la tan debatida alianza PAN-PRD en el Estado de México; con la percepción de que los mexiquenses no están fascinados con la idea.
Por lo pronto. Los promotores de la alianza tienen 18 días y contando.
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