Después de escuchar el mensaje partidista del presidente Felipe Calderón en la sesión sabatina del Consejo Nacional del PAN y las declaraciones de su dirigente nacional, Gustavo Madero, me queda claro que no tienen una estrategia común, como no la tuvieron cuando éste se destapó para dirigir su partido.
Calderón, aunque parezca diferente, no hizo ningún anuncio: habló de los candidatos ciudadanos, de ganar las elecciones, de vender los resultados panistas y destacar los vicios del priismo.
Le digo que nada nuevo, porque en varias ocasiones ha tocado el tema de los candidatos ciudadanos, como lo apunta en su iniciativa de reforma política; también había exhortado a los panistas a ganar elecciones, en lo que hasta cedió en el tema de las alianzas con tal de derrotar al priismo en Oaxaca y Puebla; ya no se diga de exaltar lo que llamó logros panistas, tras una década en Los Pinos y no se diga de la crítica al PRI.
Pero el tema que caló en la dirigencia del PAN y en sus 10 precandidatos, que presume sin identificar Madero, fue el del candidato ciudadano, porque para eso están ellos.
Los dos más reconocidos en las encuestas son Santiago Creel, en primer lugar general, seguido de Josefina Vázquez Mota, en segundo, ambos por la libre en su rol de legisladores.
Desde el gabinete la juegan Alonso Lujambio, Ernesto Cordero, Javier Lozano y Heriberto Félix. Cordero aparece en segundo lugar de este grupo a pesar de ser el único que no se ha pronunciado.
No sé cuál era la estrategia de Calderón el sábado, pero derivo que una sola: impedir que el priismo vuelva a la Presidencia de la República.(…)
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