martes, 22 de marzo de 2011

[Jorge Fernández Menéndez. Razones] Ebrard: perder ganando



¿Qué ganó Marcelo Ebrard aceptando a Dolores Padierna como secretaria general del PRD? Aparentemente nada, menos porque había dicho que su candidato era Armando Ríos Piter. Nueva Izquierda, que tiene amplia mayoría en el consejo político y en la estructura del partido, no iba a resignar la presidencia del PRD, pero, además, le demostraba a Marcelo que su alianza, como todas, tenía un límite: los espacios de poder de Los Chuchos.

Pero desde la semana pasada Ebrard ya había llegado a un acuerdo con René Bejarano y su esposa, Dolores Padierna. Se supone que Bejarano y Padierna son los representantes del llamado G-8, las ocho tribus dentro del PRD que se oponen a Nueva Izquierda, que apoyan a López Obrador y se oponen a las alianzas con el PAN. Apenas el jueves pasado nos preguntábamos cuándo había regresado Bejarano públicamente al PRD, luego de los videoescándalos. 

El sábado, al inicio del Consejo Nacional, Bejarano se encargó de respondernos: mostró su credencial y dijo que desde el jueves, o sea el mismo día de la reunión con Ebrard. ¿Quién había expedido la credencial? El PRD del Distrito Federal. ¿Alguien duda de la naturaleza del acuerdo?

Ese mismo día Ebrard decidió enviar la candidatura de Ríos Piter. Era una medida de alguna forma testimonial: en realidad, Armando no tenía peso para llegar a la presidencia del partido. Y ni Zambrano ni Padierna dejaron de lado sus pretensiones: no tenía lógica que lo hicieran. Los Chuchos intentaron que Ebrard le diera apoyo a la posibilidad de que Ríos Piter fuera secretario general, para evitar otorgarle esa posición a Bejarano y Padierna. Pero Ebrard privilegió el acuerdo que había establecido con ellos.

La pregunta es ¿a cambio de qué? Mientras Zambrano, uno de los más críticos perredistas hacia López Obrador, prometió en sus primeras declaraciones ser “incluyente y tolerante”, Dolores no tuvo el menor rubor en asegurar que hay dos PRD, el de la burocracia, o sea el de Zambrano, y el de ella: “Este PRD no va a aceptar ningún diálogo con Calderón, ninguna alianza con el PAN, y vamos a trabajar a nivel de la base para evitar que a la militancia se le imponga la burocracia”. 

¿En qué va a trabajar? En “estructurar a su partido —dijo—, para que defienda los votos que la ciudadanía le va a dar al proyecto alternativo de nación de Andrés Manuel López Obrador en 2012”. ¿Qué ganó Ebrard?(…)

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