lunes, 7 de marzo de 2011

[Héctor Aguilar Camín. Día con día] Telecomunicaciones: un pleito sin árbitro


Increíble la ausencia de arbitraje estatal en el pleito a desplegado y puño limpio que libran los jugadores de las telecomunicaciones, un sector complejo, de cuyos secretos técnicos elementales me confieso desconocedor cabal, pero cuya lógica de intereses enfrentados es más o menos clara.

El sector de telecomunicaciones es la gallina de los huevos de oro de hoy, pero sobre todo de mañana. De ningún sector de la economía mexicana pueden esperarse mayores ganancias en esta década.

Hay en la batalla un jugador dominante, el grupo Carso, que ha hecho las mayores inversiones en el sector y tiene por ello la mayor infraestructura tanto en telefonía fija como en telefonía móvil.
Hay otros jugadores de menor tamaño y muchos otros que quieren entrar.

Forman ya un conglomerado enorme, de mayor poder mediático que Carso, pues incluye entre sus filas a las dos televisoras del país.

El reclamo central de los muchos es que Carso cobra de más por el uso de sus instalaciones, la famosa interconexión.

Hasta donde entiendo no está claro que el precio nominal de la interconexión sea mucho mayor que en otros países de la OCDE. Es mucho mayor, en cambio, si se mide de acuerdo con el poder de compra del país (el famoso PPP: purchasing power parity).

Según se elija el criterio, los precios de interconexión son razonables o muy altos.

Las empresas que quieren entrar al mercado y tienen pocas o ninguna instalación propia piden a Carso que baje sus tarifas en beneficio de la competencia y del consumidor.

La queja de sus competidores es que Carso impone precios y servicios discrecionalmente, que no mide con la misma vara a todos.(…)

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