El incidente de Gerardo Fernández Noroña y otros diputados del Partido del Trabajo con una manta contra el presidente de la república formó parte de la guerra de Andrés Manuel López Obrador contra Marcelo Ebrard por la candidatura neopopulista del 2012.
1.- Noroña tiene todo el derecho de hacer y decir lo que sea en el Congreso. Se trata de un representante del poder soberano en un ejercicio de división de poderes. En todo caso, corresponderá al PT y al DIA justificar-deslindar el acto de provocación.
2.- El país --sociedad, Estado, partidos, medios-- no ha sabido analizar, contextualizar y racionalizar el ejercicio de la libertad soberana de un poder autónomo. No se debe criticar lo que hizo Noroña sino desentrañar el misterio de por qué lo hizo.
3.- Noroña llevó a la práctica la doctrina López Obrador de “mandar al diablo sus instituciones”. Los dos demostraron que en política no hay reglas sino intereses. Y que quieren jugar el juego Hobbes: todos contra todos.
4.- Noroña fue una pieza del juego político del López Obrador con miras al 2012. En realidad, el objetivo de la manta no fue ofender al presidente de la república sino romper los acuerdos del PAN con el PRD y con el PT. Los diputados petistas actuaron en nombre de su partido; de no ser así, entonces el PT debió haber ejercicio alguna medida disciplinaria.
5.- El PT, y no el PRD, es el partido de López Obrador. Por tanto, lo que haga el PT y sus legisladores son parte del juego político de López Obrador.(…)
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