martes, 15 de marzo de 2011

[Carlos Ramírez. Indicador Político] Juego AMLO: refundar el PRD



  • Juego AMLO: refundar el PRD
  • Ebrard: sólo alianza con PAN


La disputa López Obrador-Marcelo Ebrard tiene tres dimensiones básicas:
  1. Choque de vanidades entre dos caudillos políticos, uno de masas: López Obrador, y el otro tecnócrata y acomodaticio: Marcelo Ebrard.
  2. La presidencia de la república, López Obrador con su movimiento y Ebrard en alianza con el PAN.
  3. El control del PRD. López Obrador con su Movimiento de Renovación Nacional y Ebrard con el control corporativo de PRD-PT-Convergencia y los recursos del GDF.


En las fricciones de los últimos días, López Obrador abrió sus cartas aunque en el PRD lo dejaron pasar para no armar otra polémica. En una gira por Chetumal, Quintana Roo, López Obrador declaró (Milenio, 2 de marzo) que el Movimiento de Renovación Nacional (Morena) es la antesala de la refundación del PRD.

Por tanto, su solicitud de “licencia” a su militancia fue apenas parte de su juego palaciego de poder y un adelanto del dilema al que se enfrentarán los militantes perredistas: quedarse en el PRD y con una alianza con el PAN que ha desdibujado su perfil de partido de oposición y desorientado por el liderazgo amorfo y vacío de Jesús Ortega o redefinir su proyecto ideológico.

En el fondo, el PRD no está muy convencido de la alianza con el PAN en el Estado de México. Una alianza implica cuando menos un espacio de convivencia mutua --política y moral-- y un aval del partido de oposición al partido en el poder. En este contexto López Obrador ha obligado a la dirigencia perredista a mantener una distancia del PAN. El domingo pasado, por ejemplo, el presidente del PRD, Jesús Ortega, le puso una vapuleada severa a su aliado el PAN y al jefe político panista, el presidente Felipe Calderón, aunque con el viejo lenguaje priísta esquizofrénico de discursear en función del auditorio y no de las ideas políticas.

A pesar de que el principal aval panista a la alianza con el PRD es Calderón, Ortega acusó al presidente de la república de atender los problemas del PAN y no los del país, en alusión a la participación de Calderón en la reunión de consejeros nacionales panistas. Sólo que la atención presidencial a los problemas del PAN ha permitido que el PAN acepte la alianza con el PRD.

Pero más aún, Ortega afirmó que Calderón atiende asuntos panistas y “se olvida de (sic) que el país en algunas regiones se deshace por la crisis de seguridad”. Y añadió que la afirmación presidencial de que el PAN podría abrirse a candidatos ciudadanos no militantes es un reflejo de que en Acción Nacional no hay cuadros destacados que aspiren a la presidencia en el 2012. Ahí se percibió que no hay alianza PRD-PAN sino oportunismo.(…)

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