miércoles, 9 de marzo de 2011

[Jorge Fernández Menéndez. Razones] La estrategia de Manlio



Lo que está haciendo Manlio Fabio Beltrones no tiene nada de improvisado y en el ambiente político actual, sin duda,  terminará otorgándole beneficios. Los demás precandidatos presidenciales caminan, y a veces corren, tras agendas muy específicas y en la mayoría de los casos alejadísimas de sus verdaderas prioridades.

Enrique Peña Nieto tiene que cuidar cotidianamente su calidad de puntero en las encuestas y en su partido, pero todas sus baterías deben estar puestas, además, en el Estado de México. Decíamos días atrás, citando a Erich Fromm, que no podemos pedir a nadie que nos salve, que las elecciones incorrectas son las que impiden que nos salvemos. 

Y Peña Nieto tiene que realizar su primera gran elección: quién será su sucesor en el Estado de México. Todo lo demás se configurará en torno a esa decisión. De acuerdo a como se lea, la designación del candidato mexiquense será la lectura que la clase política le dará a Peña. Es un tema decisivo que, ante la situación de las oposiciones y la consulta del 27 de marzo, el gobernador ha decidido llevar hasta el límite, los primeros días de abril, con la consiguiente presión que eso genera dentro de las filas de su partido.

En el PRD la lucha entre Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador es cada día más abierta y el jefe de Gobierno capitalino se ha atrevido ya a decir en público algo que hasta ahora sólo había manifestado en privado: está mejor posicionado para 2012 que el tabasqueño, la gente lo ve mejor y tiene muchísimos menos negativos. 

Y es verdad, el problema es que nadie ve a López Obrador aceptando graciosamente que las encuestas no lo favorecen y retirándose de la carrera presidencial. Y con dos candidatos, la llamada izquierda mexicana no tiene posibilidad alguna. Por eso Ebrard apuesta a las alianzas. El tema del Estado de México es un desafío, sobre todo para Ebrard, que es el que busca construir. Para López Obrador es sencillo: sólo se opone. 

Es como en el futbol cuando un equipo decide colocar hasta el autobús que los llevó al estadio en su propia área y deja que el otro haga el esfuerzo por ganar el partido. Marcelo, para consolidar lo que dicen las encuestas, debe ganar la dirección del partido con alguien viable para su proyecto, tiene que ganar la consulta del 27 de marzo y debe establecer una estrategia para el Estado de México que pase por un buen acuerdo con el PAN. 

Y en el tiempo que le quede libre, debe gobernar el Distrito Federal, donde la división de su partido hace mella en la administración (y la hará cada día más en la medida en que Ebrard y López Obrador se vayan separando).(…)

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