martes, 15 de marzo de 2011

[Jorge Fernández Menéndez. Razones] Un tsunami electoral



El debate realizado entre los presidentes nacionales del PRI, del PAN y del PRD, lo mismo que el enfrentamiento que se dio entre Marcelo Ebrard y Manlio Fabio Beltrones, demuestra que los partidos se lanzarán a partir de ahora y hasta 2012 a una maraña de descalificaciones con poco sustento, basadas exclusivamente en los intereses electorales de coyuntura.

Las propuestas de reforma fiscal y laboral, en ese clima de enfrentamiento podrán quedarse, como muchas otras, para algún tiempo futuro, independientemente de las necesidades del país. Una reforma energética real, que cada día que pasa es más importante (sobre todo después del terremoto, el tsunami y accidente nuclear de Japón, en medio de la crisis en Libia y los países árabes, en un contexto de un definitorio debate internacional sobre el futuro de la energía), sigue, y si todo continúa así, continuará en el futuro, siendo un tema que simplemente no se analiza ni interesa demasiado. Los asuntos sustantivos se alejan cada vez más y las descalificaciones aumentan.

¿Y que hay detrás de éstas? Sólo apuestas electorales para el futuro. ¿Qué es lo sustancial del debate entre los presidentes de partido? Que Gustavo Madero y Jesús Ortega están decididos a impulsar una alianza en el Estado de México, que pondrán a consulta el próximo día 27 y está tan en el aire como el resultado de la elección perredista del día 19 que puede cambiar todo. 

Y que, en esa alianza, la gran incógnita sigue siendo quién será el que la encabece. En todo caso, queda claro que el PRD y el PAN tienen un factor que los une más allá de las coyunturas: su antipriismo, y ese sentimiento es el que quieren explotar en la población. La duda es si diez años después de que el PRI dejó el gobierno federal ese sentimiento perdura. Sobre todo en el Estado de México. Aunque han conseguido un aliado extraño: Arturo Montiel, que eligió el peor momento para intentar reivindicarse.

En el lado del PRI, Humberto Moreira, al poner el acento en las diferencias históricas existentes entre el PRD y el PAN (la pregunta sobre cuándo dejaron unos de ser los espurios y otros el peligro para México, independientemente de la dosis de mala leche que conlleva, no deja de ser una interrogante real) dejó también la percepción de que el PRI, después de lo visto en varios estados de la República, sí teme a esa alianza y sabe que le hace daño. 

En los últimos días, los tres hombres más importantes del PRI: Enrique Peña, Manlio Fabio Beltrones y Moreira, han hablado en contra de las alianzas y eso no es casualidad. El PRI mexiquense ha retrasado al máximo la designación de su candidato, para evitar una ruptura interna que le brinde un posible abanderado a esa alianza. Pero eso demuestra que efectivamente existe temor ante ella y que se le ve como una posibilidad real.(…)

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