viernes, 11 de marzo de 2011

[Leo Zuckermann. Juegos de poder] Intolerancia en la UNAM



Las universidades son espacios abiertos donde se debaten libremente las ideas. Son, por naturaleza, ágoras plurales. Ahí convergen individuos de todas las ideologías para discutir con rigor, pasión y civilidad todo tipo de temas. Una comunidad universitaria tiene el deber de escuchar las ideas ajenas, cuestionarlas y criticarlas, todo con respeto.

n una universidad no puede ni debe haber espacio para la intolerancia. Y eso, por desgracia, es lo que ocurrió el jueves en la UNAM.

El senador priista Francisco Labastida acudió ese día a la Facultad de Economía (donde por cierto hizo su carrera) a participar en un seminario sobre la reforma hacendaria. Según reporta la prensa, alumnos y trabajadores de la Universidad impidieron su participación. Lo recibieron con pancartas que decían: "¿Por qué no eres bienvenido?

Porque desviaste 49.5 millones de dólares de Pemex para tu campaña presidencial" y "Estás impulsando la privatización". Una vez en el podio, le gritaron: "¡Fuera Labastida de la UNAM!" "¡El PRI, Labastida: la misma porquería!" "Fuera, fuera". Nadie puso orden. El caos se apoderó del auditorio. En este ambiente, el senador no pudo hablar. Optó por retirarse por una puerta trasera y abandonar su alma máter.

Los que impidieron la intervención del priista le dijeron a los medios: "Él está en su derecho de venir y nosotros en nuestro derecho constitucional de manifestarnos". De acuerdo con La Jornada, "los inconformes expresaron que se oponían a la presencia del legislador en la casa de estudios debido a que es un representante del sistema neoliberal que tanto daño ha causado a México". (…)

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