Es evidente que este gobierno no va a construir la nueva refinería en Tula, Hidalgo. Qué bueno. Era un mal negocio que nos iba a costar mucho dinero a los mexicanos. Más de nueve mil millones de dólares. Celebro que el presidente Calderón y su equipo hayan rectificado. Sin embargo, queda pendiente un asunto en esta historia: compensarle al estado de Hidalgo el multimillonario desembolso que hizo para comprar los terrenos donde se construiría la refinería.
Cuando Pemex decidió que la nueva refinería se haría en Tula, el gobierno de Hidalgo gestionó y adquirió poco más de 700 hectáreas. A fin de sufragar el pago de las indemnizaciones correspondientes, el estado contrató un préstamo por mil 500 millones de pesos. Funcionarios hidalguenses aseguran que esta deuda “ha provocado afectaciones graves a las finanzas públicas de la entidad”. Tan sólo de intereses, han erogado unos 170 millones de pesos.
Hidalgo se endeudó apostando al desarrollo económico que traería la construcción de la refinería en la región. Lo bueno para los mexicanos es que el gobierno federal se echó para atrás en este proyecto que era una locura. Desde un punto de vista económico, no se justificaba que el país invirtiera en refinación de petróleo cuando se está quedando sin crudo. Además, en las actuales condiciones del mercado, las empresas refinadoras están teniendo pérdidas multimillonarias, lo cual las ha llevado a cerrar plantas en todo el mundo.
Más que construir una nueva planta, a Pemex le convendría comprar refinerías ya operando que hoy se pueden conseguir a buen precio. Con los más de nueve mil millones de dólares que el gobierno mexicano pensaba invertir en la nueva refinería, hoy podría adquirirse, por ejemplo, la mayoría de las acciones de Valero Energy, empresa que opera 15 refinerías en Norteamérica y que tiene un valor actual de mercado de unos 16 mil millones de dólares.
Si usted tuviera que invertir esta cantidad de dinero, ¿qué haría? ¿Comprar una empresa con 15 plantas que tienen la capacidad de refinar todo el petróleo que produce México, y más, o construir una sola refinería en Tula operada por Pemex? Si usted me dice que conviene lo segundo, le sugiero nunca dedicarse a los negocios.(…)
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