Azael Santiago Chepi, dirigente de la impresentable sección 22 del SNTE, propinó ayer el calificativo de “traidor” al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué.
Como su corrupto antecesor Enrique Rueda (cabeza del movimiento “magisterial” que pudrió la vida de los oaxaqueños en 2006), este cuate se ostenta como “profesor”, uno de los más de 70 mil (10 mil de éstos aviadores) que mantienen a la niñez oaxaqueña en el último lugar de aprovechamiento.
Un día después de que sus porros le recordaran al gobernador aliancista que a la 22 le vale un comino tanto su democrática elección como su disposición al diálogo, afirmó que Cué había “mostrado un rostro similar al del anterior gobierno…”.
El aludido, Ulises Ruiz, debe haber disfrutado como nadie la didáctica presentación de la corrosiva y rijosa Coordinadora estatal de Trabajadores de la Educación, a la que se supuso integrante de la alianza de espurios y legítimos que desplazó al PRI de la gubernatura.
Con el numerazo de antier, ¿con qué cara reclama renuncias en el equipo de Cué y afirma que “por parte del magisterio hay voluntad de dialogar…?
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