martes, 1 de febrero de 2011

[Carlos Ramírez. Indicador Político] Hillary: controlar Sedena - EU: civiles en corte militar




Aunque su misión fue la de tranquilizar a México por las imprudencias del embajador estadunidense Carlos Pascual en los reportes enviados a Washington y revelados por Wikileaks, la canciller Hillary Clinton aprovechó el viaje para mostrar que efectivamente la Casa Blanca no está contenta con el ejército mexicano. Pero el enojo tiene que ver con una cosa: los militares mexicanos no se han sometido a los controles castrenses estadunidenses.

Por eso Clinton mostró su acuerdo con la recomendación de Human Rights Watch (HRW) de reducir y hasta desaparecer el fuero militar mexicano. Sin embargo, en su último reporte anual HRW criticó severamente a la Administración Obama por no castigar a los funcionarios involucrados en la tortura a detenidos por presuntos terroristas y censuró que en Estados Unidos haya llegado al absurdo de la represión: civiles con juzgados en tribunales militares, es decir, el fuero militar aplicado a civiles.

Las recomendaciones de la secretaria estadunidense de Estado para finiquitar el fuero militar en México forman parte no de una preocupación por la protección de derechos humanos civiles en operaciones militares de seguridad pública --y, por tanto, de seguridad nacional--, sino que son el eje de una estrategia de la Casa Blanca para debilitar a las fuerzas armadas de los países donde los EU tienen intereses de seguridad nacional.

Más que por los derechos humanos, los EU saben que su interés energético en México tiene planes ya no tan secretos para intervenir militarmente en casos de violencia para proteger los pozos mexicanos. De ahí que el interés estratégico radica en desmantelar los principios de seguridad de los militares mexicanos. Sin el fuero de guerra, el ejército quedaría en una mera policía sin disciplina. La cohesión de las fuerzas armadas radica en el código de honor militar, del cual es piedra angular el fuero militar.

Los EU se han negado a aprobar lo que exigen a los demás. El código militar estadunidense es --a su modo-- piedra angular de la fuerza de represión estratégica. (…)

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