martes, 1 de febrero de 2011

[Ciro Gómez Leyva. La historia en breve] Se acabó el bono Peña Nieto-Moreira



La derrota en Guerrero fue tan categórica que ha vuelto ingenua la percepción de que el PRI tiene en la bolsa el regreso a Los Pinos.

La suma de triunfos y encuestas creó esa suerte de destino manifiesto para Enrique Peña Nieto y su partido. La creencia se cuarteó en las elecciones de julio y rajó el domingo con la caída de Manuel Añorve.

Ni la gente espera con una vela encendida el regreso del PRI, ni “las estructuras” son tan fuertes como presumen los tricolores ni los priistas son tan leales ni “los operadores” hacen milagros.

Y los adversarios están pintados de guerra y excitados. La alianza PAN-PRD, o PRD-PAN, les ha ganado cuatro al hilo y, con un poco más de cohesión y decisión, pudo haberles arrebatado Durango e Hidalgo, que aún está en litigio. Por no hablar de Veracruz, de haber ido juntos.

Se me acusó de desquiciado al proponer hace cuatro semanas que una exitosa alianza amarillo-azul podría aplastar al PRI mexiquense de Peña Nieto por unos 15 puntos. Ese fue el margen en Guerrero, donde el PAN no pinta.

Si el PAN fue con alguien como Ángel Aguirre podrá ir con alguien como Alejandro Encinas. Si el PAN va con Encinas, el lopezobradorismo tendrá problemas para no ir. Si todos van juntos y motivados y hacen una buena campaña, pueden ganar por 15 puntos. Y si no van juntos, ¿quién afirma hoy que no pueden ganar?

“En Guerrero nos va a ir muy bien”, dijo el sábado el presidente de facto del PRI, Humberto Moreira, quien así perdió el invicto antes de debutar. El Estado de México no será Guerrero, se apresuró a discernir ayer con un toque de aflicción Peña Nieto. Qué distintos se escuchan.
Se les acabó el bono del éxito predestinado. Hay juego nuevo.

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