miércoles, 16 de febrero de 2011

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El Sol de México (también La Prensa y Esto)
Sección: Política
Género: Columna
Publicación: 16 de febrero de 2011
Autor: s/a

Apenas van dos fechas del calendario electoral del 2011 y el amasiato entre la derecha conservadora y las izquierdas convenencieras, bautizado como alianza, para buscar posiciones burocráticas, ha incrementado su "guerra sucia" con acciones marrulleras, acusaciones falaces y difusión de infundios.
Las dirigencias de los partidos PAN, PRD, PT y Convergencia, unificados en uno solo para formar una argamasa oportunista, han sepultado las convicciones ideológicas, ésas que ya ni "siquiera existen.

Las alianzas entre los partidos de ideas opuestas, sólo sirven para ganar elecciones, pero no para gobernar. Los grupos ganadores se convierten en agencias de colocaciones y en reparto del botín, es decir, de los cargos más lucrativos para lo cercanos de quienes alcanzaron el poder, con el cambio de siglas, y suponen que con ese brinco de trapecio, también borraron su escabroso pasado político.

El "triunfo" electoral de los dos partidos, PAN y PRD, díametralmente opuestos, y el transfuguismo oportunista y convenenciero, son apenas una pálida expresión de lo que nos espera en los próximos meses, en la búsqueda del poder por el poder mismo y por el dinero de los presupuestos antes que la democracia.

Las jornadas electorales de Guerrero y de Baja California, fueron un ejemplo del golpeteo mediático que se incrementará conforme se acerque el 4 de julio, fecha fatal para los comicios en los estados de México, Nayarit y Coahuila.

Así las cosas, se antoja difícil que exista un rasgo de civilidad entre las partes en franca convivencia convenenciera (una acostadita sin compromiso) como se demostró con la exhibición de una manta ofensiva hacia la institución presidencial, de parte de un grupito de legisladores peristas incondicionales al tabasquéño Andrés Manuel López Obrador, eso fue un preámbulo de que se avecinan cosas peores por la lucha por el poder.

Las campañas electorales de los partidos aliancistas se han convertido en una especie de negocio privado, en la que todos se mueven para tratar de alcanzar el triunfo, pero no para servir a los electores, sino para conquistar un cargo de "elección popular" que es la meta central para "administrar" con criterio patrimonial los abultados presupuestos.

Por ello, no les importa cambiar de partido, como si de coche se tratara.
Ejemplo sobran, los más recientes se dieron en Guerrero y en Baja California, con los candidatos a los respectivos gobiernos estatales.

Los estrategas de la guerra sucia del panismo, están encabezados por el español naturalizado mexicano por conveniencia, Antonio Sola, cuya especialidad es la de filtrar infundios sobre presuntos delitos, como el que se promovió en contra del candidato tricolor Manuel Añorve, a quien señalaron de haber recibido varios millones de dólares del narco para su campaña.

La versión tuvo como base una supuesta versión de un "testigo protegido" por la Procuraduría General de la República, dependencia que de inmediato desmintió la falaz versión.

Esa estrategia se usó con éxito en el pasado en contra del candidato priísta a gobernador de Jalisco, Arturo Zamora, a quien acusaron tres días antes de los comicios, de tener nexos con el narco. 

Ese infundio originó que su ventaja se revirtiera en las urnas y el triunfo fue para el candidato panista. Tres días después de la jomada electoral, se aclaró que todo había sido "una equivocación" Es el uso perverso de la PGR con fines electorales, que podría recrudecerse en los comicios federales del 2012.
En esta década perdida panista, la PGR ha sido utilizada como un instrumento de venganza política con el uso y abuso de testimonios de testigos protegidos a cuyas declaraciones les ha dado valor probatorio y no como un indicio.

Esa situación ha incrementado el desprestigio que tiene esa dependencia, y se ha prestado a un juego perverso de palabras, definida como "la panadería general de la República" o la "torturaduría general de la República" Las alianzas que promueve Felipe Calderón, vía su representante en el Partido Acción Nacional, Gustavo Enrique Madero con el PRD y el del Trabajo y Convergencia, han contribuido a construir una imagen panista de anti PRI.

Es un desesperado recurso para tratar de conservar el poder, ante los visibles y frecuentes fracasos en los diez años de Gobierno federal panista; así como en algunas gubernaturas panistas y en muchas presidencias municipales, que no le han permitido al PAN construir una imagen de eficiencia y capacidad, factores que podrían usar frente a sus gobernados y potenciales electores, en especial frente a las futuras elecciones estatales y en la presidencial.

Otro despropósito del panismo es recurrir a figuras descalificadas como Vicente Fox Quesada y toda su cauda de corrupción y Diego Fernández de Cevallos, quien con su reciente "desaparición" atrajo los reflectores mediáticos, como un método propagandístico para atraer posibles simpatizantes.
Lo real es que panista y perredistas, olvidan sus mutuos agravios en materia electoral, para formar un bloque en contra del tricolor.

La más reciente ofensa en contra del presidente nato del PAN, por parte de uno de los más famosos diputados del PT, demuestra que la tan publicitada "alianza" con sus enemigos declarados, es solamente para cerrarle la puerta de Los Pinos, a los tricolores. , ¿Fox y Fernández, son las personas adecuadas para enfrentar el desafío de "convencer" a los electores de las "conveniencias" de las alianzas? ¿Cómo explicar a los electores, que los programas de sus partidos son diametralmente opuestos a las de sus aliados? ¿El panismo, al adoptar un candidato externo puede borrar su pasado político? ¿La Procuraduría General de la República, será usada otra vez, con fines electorales en las próximas elecciones de julio y en las federales del 2012? 

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