La Crónica
Sección: Política
Género: Columna
Publicación: 09 de febrero de 2011.
Autor: José Contreras
Web: http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=559508
Apenas acaba de cumplir dos meses y el gobierno de Gabino Cué, surgido de una alianza PAN-PRD, enfrenta nuevas complicaciones.
Primero fueron los problemas con la conformación del gabinete, que llevaron a un intercambio de golpes bajos entre varios de ellos.
Luego vino la exhibición de un colaborador de Gabino, presuntamente involucrado con el narcotráfico.
Ahora el gobierno aliancista enfrenta una crisis derivada de los conflictos postelectorales en por lo menos 48 municipios que se rigen por usos y costumbres.
El dirigente del PRI en la entidad y candidato perdedor en las pasadas elecciones, Eviel Pérez Magaña, responsabilizó al gobierno de Gabino de la situación que prevalece en estos municipios.
Las declaraciones de Eviel deben ser tomadas de quien viene: del candidato que perdió las elecciones precisamente ante Gabino Cué.
Pero más allá del sesgo político, lo que es un hecho es que en esos 48 municipios que se rigen por usos y costumbres prevalecen la agitación y la incertidumbre por el desconocimiento de los resultados del 4 de julio del año pasado.
La definición de los comicios y la resolución de las impugnaciones no son competencia del gobierno estatal, y de hecho, los expedientes se encuentran en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Los resultados de esos municipios fueron impugnados por diversos motivos, como lo son la falta de cuidado técnico en la realización de las asambleas comunitarias, la falta de cumplimiento en los requisitos de los candidatos o la violación de las normas de equidad.
Es por estas fallas de procedimiento que los casos de esos 48 municipios se encuentran en manos del TEPJF.
El gobernador Gabino Cué no puede entrometerse en las resoluciones del TEPJF pero sí debe generar las condiciones de seguridad y de estabilidad para que no se desborden los ánimos y no se genere un conflicto social en donde hasta ahora sólo hay agitación política.
Los municipios que se rigen por usos y costumbres, por su pobreza y atraso social, son campo fértil para la manipulación con fines políticos.
No es descabellado pensar que el ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, pudiera haber generado una suerte de agitación política.
No hay que olvidar que López Obrador y Gabino Cué recorrieron uno a uno todos los municipios de Oaxaca que se rigen por usos y costumbres antes de que se iniciaran oficialmente las precampañas.
Por ahí va el señalamiento de varios diputados priistas, entre ellos Eviel Pérez Magaña, quienes aseguran que el gobernador aliancista tiene las manos metidas en esos municipios caracterizados por el rezago social.
Citan los casos de los municipios de San Juan Lalana y Santiago Jocotepec, en donde, dicen, se quiere evitar que las autoridades electas ejerzan su mandato.
Según Jorge Orlando García Sánchez, él obtuvo su constancia de mayoría como ganador de Santiago Jocotepec, pero “funcionarios estatales” han tratado de “desestabilizar” su mandato mediante “actos de violencia”.
Es la versión de los priistas y de los alcaldes electos cuya elección está impugnada.
No estaría mal que el gobierno de Oaxaca fijara su posición respecto a estos señalamientos, pues de lo contrario se le podría aplicar la sentencia que encierra la frase: “el que calla otorga”.
Puede que, como dicen los priistas, Gabino tenga las manos metidas en los municipios con resultados impugnados.
Puede que no sea Gabino sino algunos de sus colaboradores, lo que llevaría a pensar en que uno de los riesgos de conformar un gabinete de cuotas y cuates es que se vuelve incontrolable para el gobernador.
Como sea, Gabino Cué deberá actuar con mucha pericia para evitar que esa bomba de tiempo le estalle en las manos.
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